Las latinas siguen siendo las peores pagadas en E.E.U.U.

Ya se cumplen 50 años desde que en 1963 se promulgó el Acta de Igualdad en Estados Unidos, pero las latinas siguen siendo las peores remuneradas por su trabajo y contribuciones, no importa su preparación académica, experiencia y su capacidad de liderazgo.

Este 21 de octubre se conmemora el Día de la Equidad Salarial para las Mujeres Latinas en Estados Unidos y las cifras más recientes, aunque han cambiado un poco, aún muestran una prevalente diferencia salarial entre hombres y mujeres. Las mujeres latinas ganan 55 centavos de cada dólar que genera un hombre blanco no latino y tiene que trabajar casi 23 meses consecutivos para ganarse el mismo salario que un hombre se gana en un año. Esto equivale a una pérdida de casi 1 millón de dólares durante el transcurso de sus carreras. Para lograr la igualdad salarial y de género, tenemos que empezar con poner a un lado los roles asignados históricamente en el hogar y en el campo laboral.

Esta brecha salarial es mucho más amplia para las profesionales de color, las mujeres transgénero y para las que enfrentan barreras del lenguaje y el inglés es su segundo idioma. Esto último, las inhibe de hablar en público por diferentes razones: temor al rechazo, miedo a las críticas, por los prejuicios que puedan enfrentar por comunicarse con ‘acento’ o por padecer del síndrome del impostor. Esto las perjudica aún más a la hora de negociar un contrato, un aumento de salario o al ostentar escalar a una posición ejecutiva de mayor responsabilidad.

En los Estados Unidos, las latinas pierden hasta 1 millón de dólares a lo largo de su carrera por la disparidad salarial.

Más allá de todos estos desafíos y los estereotipos que se nos presentan a diario por ser latinas y en distintos escenarios, es también importante saber cómo lidiar efectivamente con situaciones sexistas y misóginas que se pueden producir de manera sutil o por medio de microagresiones, comportamientos pasivo-agresivos y en ocasiones más severas, por medio del acoso y la intimidación.

Lo cierto es que no existe forma de luchar contra la desigualdad de género, si nos mantenemos conformes viviendo de cheque a cheque o si no aspiramos a más y aceptamos los límites de crecimiento que nos imponen algunas industrias. La pandemia nos ha dado la oportunidad de reevaluar lo que vale nuestro tiempo, nuestro conocimiento y por eso cada vez son más las mujeres latinas y caribeñas que han decidido emprender o volver a sentarse a la mesa de negociación con sus empleadores.

El coronavirus forzó a muchas mujeres latinas a nivel global a dejar sus empleos para poder cuidar de sus hijos, a cambiar de trabajo o a laborar virtualmente, encontrando nuevas vías de generar ingreso sin tener que intercambiar su tiempo por dinero.

Incluso, según cifras recientes, las mujeres latinas y caribeñas están abriendo negocios a un paso más acelerado que otras etnias o grupos demográficos a pesar de que tienen más dificultad de accesar recursos económicos como fondo semilla u otras oportunidades de adquirir capital para expandir servicios.

Aquí te compartimos cinco recomendaciones para posicionarte mejor en tu carrera o en tu lugar de empleo:

1) Nunca termines de capacitarte: no importa cuánto tiempo lleves trabajando en una industria en particular, es importante mantenerte al día con las nuevas tendencias. Mientras más conocimiento tengas, más crecerá tu confianza y desempeño. Invierte en coaching o capacitación profesional.

2) Amplía tu red de contactos: Estar en los lugares indicados, rodeados de personas con experiencia, es clave en tu desarrollo profesional. Ten en cuenta que el principio más poderoso del networking es saber utilizar tus dones y capacidad para servir a otros, no lo utilices solamente como una estrategia para beneficio propio.

3) Exprésate sin miedo: Tienes un mensaje importante que compartir, personas que impactar y servir. Silencia el “inner critic”, sal de tu zona de confort, aprende a compartir tus experiencias y conocimiento públicamente cada vez que surja la oportunidad y házlo con asertividad y confianza.

4) Regula tu inteligencia emocional: La primera reacción humana a todo conflicto está conectada directamente a nuestras emociones. Es vital evitar reaccionar a circunstancias externas basadas en nuestras propias expectativas de los demás. Siempre es mejor ver la situación desde el punto de vista o perspectivas de las otras personas.

5) Conecta con tu identidad cultural: Nos han hecho creer que tenemos que adaptarnos o asimilarnos a otras culturas o adherirnos a ciertas reglas sociales, especialmente en un mundo laboral y empresarial que sigue siendo dominado por los hombres. Pero el secreto realmente está en mostrarnos auténticos y en usar nuestra identidad cultural y todo lo que nos hace diferentes a nuestro favor.